Cap. 2- Así no. Comencemos desde el principio.

Yo antes no era una eriza común y corriente, era humana y vivía con mi familia humana. Todo comenzó cuando llegaron mis primos a casa para quedarse el fin de semana, mi primito de 10 años y yo nos pusimos a mirar Sonic X en la tv. Comenzamos a charlar y él dijo:

-Me encantaría ser un personaje de Sonic X! Viviendo aventuras por doquier sin preocupaciones ni escuela!- Rió.

-Yo también- Dije. -Pero eso es imposible, tendríamos que usar magia o suceder un milagro para que pudiesemos serlo.-

-¿Que hacen chicos?- Dijo mi prima entrando a la cocina donde estabamos nosotros.

-Vemos Sonic X!- Dijo felizmente mi primito.

-Por dios, maduren, eso es para niños de 6 años; ya estan grandes.-

-Nosotros maduraremos cuando queramos.- Dije defendiendonos.

Después de una larga discución fuimos a comer y de ahí a la cama. Pensaba preocupada como todas las noches, si algún día, a la mañana, pudiera mi sueño volverse realidad. El día siguiente, me levanté al baño, me lavé la cara y me cepillé los dientes; no se me había pasado por la cabeza mirarme en el espejo, cuando levante el rostro grité con una mezcla de emoción y sorpresa, ¡era una eriza pelaje color violeta y ojos celestes! No podía creerlo, hasta me pellisqué para ver si era un sueño, pero no lo era. Corrí hasta mi habitación para despertar a mis primos.

-¡Rodrigo! ¡Rodrigo!- Grité saltando sobre su colchón, él estaba tapado hasta la cabeza.

-¿Q-qué pasa Scarlet?- Dijo aún algo dormido.

-¡Mirame! ¡Soy una eriza!-

-¡Wow! ¡Esto es genial!-

-Por dios... ¡Tu también eres un erizo!- Grité

-¡QUE COSA! ¡OH MY GOD!- Salió del colchón de un salto.

-¡Ornella! ¡Despierta! ¡Mira esto!- Le gritamos a mi prima a duo.

-¡Ay! ¡Ya callense! ¡Me aturden, locos!- Gritó molesta.

-¡Somos erizos! ¡Y tú también!- Dijimos felices.

-El que cosa...- Pegó un grito de horror y luego se tapó la cara con las manos. -¡Mi peor pesadilla se hizo realidad!- Dijo.

-Que pesadilla ni nada, esto es genial, imaginate lo que prodíamos hacer en esta forma.- Dije.

Ella pensó un momento y recapacitó. Se miró frente al espejo con disgusto y dijo: -Ahora soy un animal peludo y con puas...-

Le explicamos a nuestras familias lo sucedido y el Lunes volvimos a nuestras respectivas escuelas. Nos costó que nuestros amigos nos aceptaran con aquellos cuerpos, podríamos ser diferentes en apariencias, pero por dentro eramos las mismas personas que antes.

Continuará...