sábado, 5 de junio de 2010

El beso del amargo plomo

Estabamos en la escuela, habiamos salido al recreo, todos corriendo como ganado tratando de escapar de esa habitación a la que llamamos "aula". Algunos jugaban a las carreras o las canicas, otros iban al kiosko; yo fuí con una amiga a este último, caminabamos lo más bien, conversando sobre tareas de matematicas como siempre; en ese momento se escucho un disparo, todos estaban atemorizados y corrian con sus maestras. Mi amiga me miró con horror... baje mi mano a mi estómago y lo sentí... me habían dado. Caí de rodillas al suelo, cerre los ojos tratando de que cesara el dolor, pero eso sería inutil.

-Auxilio!!!!!, esta herida!!!- La oí gritar

Muchos corrieron hacia mí, intentando ayudarme. Llamaron a la ambulancia para que viniera a buscarme, también llamaron a mis padres. Cuando abrí los ojos lo ví a él, en el techo de la escuela cruzado de brazos; sonreía con maldad y esa sonrisa me dijo que había hecho su trabajo... lo miré fijamente y grité:

-todavía no acabaste conmigo!- Reí un poco

En segundos convirtió esa sonrisa maliciosa en un ceño fruncido. Desapareció sin dejar rastro.